El peligro de las pantallas en los niños: cómo proteger su salud y bienestar

En la era digital actual, las pantallas y la tecnología son parte integrante de nuestras vidas, y esto es especialmente cierto en el caso de los niños. Sin embargo, el uso excesivo de pantallas se ha relacionado con diversos efectos negativos para su salud y desarrollo. En este artículo, exploraremos los peligros del uso de pantallas para los niños y debatiremos formas de proteger su bienestar. Juntos, como familias y comunidades, podemos trabajar para crear una relación más sana y equilibrada con las pantallas para nuestros hijos.

20-20-20 para descansar los ojos

Con la creciente omnipresencia de los dispositivos digitales en la sociedad moderna, se ha vuelto crucial abordar los posibles riesgos y peligros asociados al uso excesivo de pantallas, especialmente para los niños. La regla 20-20-20, que sugiere hacer un descanso de 20 segundos cada 20 minutos para mirar un objeto situado al menos a 6 metros de distancia, es una pauta esencial para atenuar los efectos negativos de la exposición prolongada a la pantalla. Esta sencilla práctica puede ayudar a aliviar el cansancio ocular y a prevenir problemas como los ojos secos, la visión borrosa y los dolores de cabeza, que son quejas habituales derivadas de periodos prolongados de fijar la mirada en pantallas digitales. Al incorporar la regla 20-20-20 a su rutina de tiempo de pantalla, tanto los adultos como los niños pueden contribuir a la salud y el bienestar a largo plazo de sus ojos.

Además, utilizar alarmas o recordatorios para incitar a los niños a tomarse descansos periódicos del tiempo frente a la pantalla es una estrategia valiosa para inculcar desde una edad temprana hábitos tecnológicos saludables. Al integrar estos recordatorios en sus actividades digitales diarias, los niños pueden desarrollar una conciencia de la importancia de equilibrar el tiempo de pantalla con periodos de descanso y otras actividades. Esto no sólo ayuda a reducir el esfuerzo físico de sus ojos, sino que también fomenta un enfoque más equilibrado y variado de sus rutinas diarias, impulsando el bienestar general y los hábitos saludables.

Para los niños de menos de 18-24 meses, es ampliamente recomendable evitar por completo las pantallas digitales, con la excepción de las videollamadas. Esta pauta se basa en la comprensión de las necesidades de desarrollo únicas de los bebés y niños pequeños, cuyos primeros años son cruciales para interactuar con el mundo a través de la exploración, las experiencias sensoriales y el compromiso directo con sus cuidadores. Exponer a los niños de este grupo de edad a pantallas digitales puede interrumpir importantes procesos de desarrollo y repercutir negativamente en su crecimiento cognitivo y emocional. Por tanto, respetar esta recomendación es fundamental para salvaguardar el desarrollo saludable de los niños pequeños.

Los efectos perjudiciales del tiempo excesivo ante la pantalla sobre la salud y el rendimiento académico de los niños han sido ampliamente documentados. Desde problemas físicos como la obesidad y los trastornos musculoesqueléticos hasta problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, el impacto de la exposición prolongada a las pantallas es significativo. Es esencial que los padres y cuidadores sean conscientes de estos riesgos y tomen medidas proactivas para limitar y supervisar el tiempo que sus hijos pasan delante de la pantalla. Marcándoles límites y pautas claras para el uso de la tecnología, los padres pueden ayudar a mitigar el posible daño asociado a un tiempo de pantalla ilimitado y crear un entorno digital más sano para sus hijos.

Antes de los 2 años

Durante los años formativos de la infancia y la primera infancia, la influencia de los medios digitales y el tiempo ante la pantalla en el desarrollo de los niños es un tema que preocupa cada vez más. En el caso de los niños menores de 2 años, las directrices son inequívocas: deben alejarse de las pantallas digitales, salvo en el contexto de videollamadas con miembros de la familia. Esta recomendación se basa en un creciente cuerpo de investigaciones que ponen de manifiesto los efectos negativos de la exposición temprana y excesiva a las pantallas en desarrollo de las jóvenes. Los primeros años son un período crítico para el desarrollo cerebral, y las interacciones directas con el mundo físico, así como las relaciones de afecto con los padres y cuidadores, son esenciales para sentar unas bases sólidas para el bienestar cognitivo, social y emocional del niño.

Se recomienda a los padres de bebés y niños pequeños que den prioridad a las interacciones personales, al juego práctico y a las experiencias del mundo real sobre el compromiso digital. Estas primeras experiencias desempeñan un papel vital en la conformación del conocimiento del niño sobre el mundo, fomentan el desarrollo del lenguaje e inculcan habilidades sociales y emocionales cruciales. Si son conscientes de los posibles inconvenientes del tiempo que pasan ante la pantalla y se centran en experiencias interactivas y de la vida real, los padres pueden contribuir a fomentar el desarrollo sano de sus hijos y sentar las bases de unas relaciones positivas y duraderas con la tecnología.

Es importante reconocer que en la era digital actual, muchas familias se enfrentan a presiones y desafíos a la hora de limitar el tiempo de pantalla de sus hijos pequeños. Sin embargo, si son conscientes de los riesgos y actúan con intencionalidad, los padres y cuidadores pueden contribuir a crear un entorno que dé prioridad a las actividades y las interacciones más beneficiosas para el desarrollo temprano y el bienestar de sus hijos. Mediante una toma de decisiones informada y un enfoque proactivo de la gestión del tiempo de pantalla, los padres pueden navegar eficazmente por las complejidades de criar a niños pequeños en un mundo digital al tiempo que salvaguardan su salud y desarrollo.

Establecer límites de tiempo

Establecer límites claros y coherentes al tiempo de pantalla es esencial para fomentar un uso saludable de la tecnología y minimizar los posibles riesgos asociados a la exposición excesiva a la pantalla. Al establecer y aplicar normas específicas sobre la duración y el momento de uso de la pantalla, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar un enfoque equilibrado y responsable de la tecnología. Estos límites deben tener en cuenta no sólo la cantidad total de tiempo de pantalla permitido, sino también la integración de descansos regulares y la priorización de otras actividades, como el juego físico, la interacción social y el ejercicio.

Es fundamental que los padres mantengan un diálogo abierto y constante con sus hijos sobre las razones de estos límites y la importancia de mantener un equilibrio saludable entre el tiempo de pantalla y otras actividades. Al implicar a los niños en el proceso y explicarles la lógica de los límites establecidos, los padres pueden potenciar en sus hijos el desarrollo de habilidades de autorregulación y una conciencia crítica sobre su propio uso de la tecnología. Este enfoque colaborativo fomenta la sensación de apropiación y responsabilidad, lo que anima a los niños a elegir con atención su tiempo de pantalla y fomenta una relación positiva y sostenible con la tecnología.

Además, la aplicación de controles parentales y herramientas de supervisión puede proporcionar un apoyo adicional para mantener estos límites establecidos. Mediante el aprovechamiento de soluciones tecnológicas, como filtros de contenidos, seguimiento del tiempo de pantalla y ajustes adecuados a la edad, los padres pueden ayudar a asegurarse de que las experiencias de sus hijos en Internet se ajustan a las directrices establecidas y son propicias para su bienestar y desarrollo. Mediante una combinación de comunicación clara, supervisión de los padres y uso de herramientas de apoyo, las familias pueden crear un enfoque estructurado y equilibrado del tiempo de pantalla que dé prioridad a la salud y el crecimiento de sus hijos.

Contenidos adecuados

Cuando se aborda la cuestión del tiempo de pantalla para los niños, la calidad y adecuación del contenido digital con el que interaccionan son tan importantes como la cantidad y duración de su exposición. Es crucial que los padres y cuidadores tengan sentido crítico con los medios y los materiales en línea a los que tienen acceso los niños, para asegurarse de que son apropiados para su edad, educativos y coherentes con los valores positivos. Al seleccionar y supervisar el contenido que consumen los niños, los padres pueden ayudar a que sus experiencias digitales se desarrollen de forma enriquecedora, segura y acorde con sus necesidades de desarrollo.

Elegir programas y aplicaciones educativos de alta calidad, concebidos específicamente para fomentar el aprendizaje y la creatividad de los niños, puede ser una alternativa valiosa y constructiva a la exposición pasiva o potencialmente perjudicial a la pantalla. Además, ver los programas y discutir acerca de ellos con los niños puede potenciar aún más los aspectos educativos y relacionales de sus experiencias digitales, fomentando interacciones significativas y oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Al implicarse activamente con los niños durante su tiempo de pantalla y orientarles hacia contenidos enriquecedores y estimulantes, los padres pueden contribuir a que sus interacciones digitales contribuyan de forma positiva a su desarrollo y bienestar.

Supervisa y fomenta el juego al aire libre

Más allá de la regulación del tiempo de pantalla, es igualmente importante que los padres y cuidadores fomenten y faciliten activamente las actividades alternativas, en particular el juego al aire libre y el ejercicio físico. Animar a los niños a participar en juegos no estructurados, explorar el mundo natural y realizar actividades físicas no sólo supone un contraste saludable con el tiempo de pantalla, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para su desarrollo. El juego al aire libre fomenta el desarrollo de la motricidad, aumenta la conciencia sensorial y promueve la salud física y el bienestar, por lo que es un componente esencial de una infancia equilibrada y activa.

Supervisando y participando en actividades al aire libre y fuera de línea con sus hijos, los padres pueden actuar como modelos y fomentar un enfoque holístico del ocio y el recreo, que valore y dé prioridad a las experiencias diversas más allá del ámbito digital. Ya se trate de un paseo por la naturaleza, de una visita al parque infantil o de deportes y juegos en familia, estas actividades al aire libre contribuyen a un estilo de vida equilibrado y activo, ayudando a los niños a desarrollar competencias físicas, sociales y emocionales que son esenciales para su desarrollo general y su futuro éxito.

Promover actividades sin pantalla

A medida que los avances tecnológicos siguen dando forma a diversos aspectos de la vida cotidiana, la necesidad de promover y dar prioridad a las actividades sin pantalla para los niños se ha vuelto cada vez más crucial. Además del juego al aire libre, los niños deben tener a su disposición una amplia gama de actividades y experiencias que no dependan de dispositivos digitales. Desde actividades creativas como las artes plásticas, la música y los cuentacuentos hasta actividades sociales como las citas para jugar, los juegos en grupo y la participación comunitaria, hay numerosas oportunidades para que los niños participen en iniciativas significativas y enriquecedoras que no implican el uso de pantallas.

Es responsabilidad de los padres y cuidadores buscar y crear activamente oportunidades para que sus hijos participen en estas actividades sin pantalla, tanto en el entorno doméstico como en la comunidad en general. Al establecer un repertorio diverso y estimulante de pasatiempos no digitales, los niños pueden desarrollar un conjunto de intereses y habilidades completos, fomentando su creatividad, aptitud social e inteligencia emocional. Además, al dedicar tiempo intencionadamente a estas actividades sin pantalla e integrarlas en sus rutinas diarias, los niños pueden cultivar un equilibrio saludable en sus actividades de ocio y recreo, fomentando una relación positiva y constructiva con el mundo no digital.

Evitar que duerman con dispositivos

El impacto del tiempo ante la pantalla en la calidad y los patrones del sueño de los niños es una preocupación importante que requiere la máxima atención de los padres y cuidadores. La presencia de dispositivos digitales en las habitaciones de los niños, sobre todo en la hora de acostarse, se ha relacionado con un sueño alterado, dificultades para conciliar el sueño y una duración total del sueño reducida. Para salvaguardar la salud del sueño de los niños, es esencial establecer directrices claras en lo que respecta a la presencia de pantallas en el dormitorio y fomentar una rutina a la hora de acostarse libre de distracciones digitales.

Los padres deben dar prioridad a la creación de un entorno propicio para el sueño de sus hijos, lo que incluye eliminar o restringir el uso de dispositivos electrónicos en el período previo a acostarse. Al fomentar actividades como la lectura, ejercicios de relajación o rutinas tranquilas y no estimulantes en lugar del tiempo de pantalla antes de acostarse, los padres pueden ayudar a asegurarse de que sus hijos sean capaces de relajarse y prepararse para una noche de sueño reparador. Además, la comunicación abierta y la educación sobre el impacto potencial de las pantallas en el sueño pueden ayudar a los niños a tomar conciencia de la importancia de limitar la exposición a las pantallas, sobre todo por la noche, en apoyo de la calidad general de su sueño y su bienestar.

Obtenga ayuda con la adicción de la tecnología

En los casos en que los niños muestren signos de excesivo apego a los dispositivos digitales, es importante que los padres busquen apoyo y orientación para abordar posibles problemas de adicción a la tecnología. La naturaleza omnipresente de los medios digitales y la tecnología en la sociedad moderna ha hecho surgir preocupaciones sobre patrones problemáticos de uso, especialmente entre niños y adolescentes. Reconocer los signos de adicción a la tecnología, como una preocupación excesiva por las pantallas, síntomas de abstinencia cuando no se utilizan los aparatos y un deterioro en otras áreas de funcionamiento, es crucial para aplicar intervenciones a tiempo que ayuden a los niños a controlar su uso de la tecnología.

Los padres y cuidadores pueden recurrir a profesionales cualificados, como asesores de salud mental, para obtener ayuda en el tratamiento de la adicción a la tecnología y aplicar estrategias para fomentar hábitos tecnológicos más sanos. Además, buscar grupos de apoyo o programas educativos centrados en el bienestar digital y el uso responsable de la tecnología puede proporcionar ideas y recursos valiosos tanto para los niños como para los padres que tienen que afrontar los retos de un tiempo excesivo ante las pantallas. Si toman medidas proactivas para abordar la adicción a la tecnología y buscan apoyo y orientación exteriores, los padres pueden contribuir a que sus hijos desarrollen una relación equilibrada y sostenible con la tecnología que respalde su bienestar y éxito general.

Actúen juntos como familia y comunidad

La tarea de gestionar y minimizar los riesgos potenciales del tiempo ante la pantalla para los niños no recae exclusivamente en los padres y cuidadores individuales, sino que requiere un enfoque colectivo y de colaboración a nivel familiar y social. Al fomentar la comunicación abierta y el intercambio de información dentro de la unidad familiar y la comunidad en general, los padres pueden contribuir a crear un entorno de apoyo que dé prioridad al bienestar y al desarrollo saludable de los niños en la era digital.

Participar en debates con otros padres, educadores y líderes comunit

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