El uso del tiempo frente a pantallas en niños es un tema relevante en la sociedad actual, ya que los niños están expuestos a dispositivos electrónicos desde temprana edad. Con el fin de brindar orientación a los padres, la Academia Americana de Pediatría ha emitido recomendaciones sobre el uso de pantallas según la edad del niño. Estas pautas buscan equilibrar el uso de la tecnología con otros aspectos importantes del desarrollo infantil.
No Antes de los 2 Años
La Academia Americana de Pediatría (AAP) ha establecido pautas para los padres sobre el uso de pantallas digitales por parte de los niños. Para los niños menores de 2 años, la AAP recomienda no usar pantallas en absoluto, excepto para videollamadas. Esto se basa en el posible impacto negativo del consumo de medios en el desarrollo y bienestar de los bebés y niños pequeños. Durante este período crítico, sus cerebros están experimentando un desarrollo rápido y crucial, y la introducción de medios digitales en esta etapa puede obstaculizar la adquisición de habilidades importantes.
Según la AAP, los niños de este grupo de edad aprenden mejor a través de la interacción real y en persona, y de experiencias prácticas. El exceso de tiempo frente a pantallas a costa de la actividad física, exploración del entorno y socialización en persona puede tener efectos perjudiciales en su desarrollo. La recomendación de no usar pantallas, excepto para videollamadas, tiene como objetivo fomentar formas más significativas e interactivas de participación que son esenciales para el óptimo desarrollo de los niños en este rango de edad.
Límite de 1 Hora para Edades de 2 a 5 Años
Para los niños de 2 a 5 años, la AAP sugiere un límite de 1 hora de programación de alta calidad al día, vista junto con el niño para ayudarle a comprender y procesar lo que ve. Esta recomendación se basa en la comprensión de que en esta etapa los niños todavía están en fases tempranas de desarrollo y necesitan participar en una variedad de actividades que faciliten el aprendizaje, la interacción social y el movimiento físico. Al establecer un límite de tiempo frente a pantallas y enfatizar la importancia de ver juntos, la AAP aspira a guiar a los padres a crear un entorno equilibrado que promueva el desarrollo saludable de sus hijos pequeños.
El énfasis en ver juntos es significativo, ya que anima a los padres y cuidadores a participar activamente en el contenido al que están expuestos sus hijos, asegurándose de que sea apropiado para su edad, de alta calidad y proporcione oportunidades para el aprendizaje y la interacción. Este enfoque también permite discusiones e interacciones relacionadas con el contenido, mejorando así la experiencia de visualización en general y permitiendo que el niño comprenda y contextualice la información presentada en la pantalla.
Límite de 1 Hora y Presencia de un Adulto para Edades de 7 a 12 Años
Se recomienda que los niños de 7 a 12 años tengan límites consistentes en el tiempo frente a pantallas, y la AAP sugiere que esto no supere 1 hora al día, con la condición adicional de que un adulto responsable esté presente. Esta recomendación tiene en cuenta la importancia continua de actividades no relacionadas con pantallas para este grupo de edad, incluyendo el juego físico, la socialización, la lectura y el compromiso en hobbies o actividades creativas. Al tener a un adulto de confianza presente durante el tiempo frente a pantallas, el niño puede recibir orientación y apoyo para procesar y comprender el contenido al que está expuesto.
La participación de un adulto también puede asegurar que el tiempo frente a pantallas del niño se utilice para actividades y contenido enriquecedores y apropiados para su edad y etapa de desarrollo. Además, brinda una oportunidad para que el adulto se involucre activamente con el niño, fomentando la comunicación y permitiendo el refuerzo de resultados positivos en el comportamiento y el aprendizaje de los medios digitales consumidos.
Máximo de 1.5 Horas para Edades de 12 a 15 Años
A medida que los niños entran en la adolescencia temprana, entre los 12 y 15 años, la AAP recomienda que mantengan un límite máximo de 1.5 horas de tiempo frente a pantallas al día. Este período de transición de la infancia a la adolescencia se caracteriza por cambios físicos, emocionales y sociales significativos, y las pautas están diseñadas para promover un equilibrio saludable entre diversas actividades que contribuyen a su bienestar y desarrollo. Con un interés creciente en las interacciones sociales y en expandir su comprensión del mundo, es importante que estos jóvenes tengan tiempo para actividades que fomenten el crecimiento personal y las conexiones sociales.
El aumento en el tiempo frente a pantallas en esta etapa reconoce la creciente autonomía y la búsqueda de información de los adolescentes, al mismo tiempo que enfatiza la necesidad de vigilancia, especialmente en el contexto del uso de las redes sociales. Dado que las dinámicas sociales y la influencia de los pares juegan roles significativos durante esta fase, el énfasis de la AAP en un compromiso prudente y reflexivo con las plataformas digitales refleja el reconocimiento del impacto potencial de las interacciones en línea en el bienestar y desarrollo de los adolescentes.
Máximo de 2 Horas a partir de los 16 Años
Para las personas de 16 años en adelante, la AAP recomienda un máximo de 2 horas de tiempo frente a pantallas al día. A medida que los niños mayores y los adolescentes navegan por responsabilidades académicas crecientes, actividades extracurriculares e involucramiento social, las pautas están destinadas a ayudarlos a administrar su tiempo de manera efectiva y mantener un equilibrio saludable entre diversos aspectos de sus vidas. En esta etapa, el uso de medios digitales a menudo se extiende a actividades como investigación relacionada con la escuela, comunicación y acceso a información y entretenimiento.
Al abogar por una duración limitada pero razonable del tiempo frente a pantallas, la AAP busca alentar a los niños mayores y adolescentes a destinar tiempo para actividades que son esenciales para su bienestar general, como el sueño adecuado, la actividad física y las interacciones cara a cara. Además, la recomendación de mantener las pantallas fuera de los dormitorios se alinea con la promoción de hábitos de sueño saludables y la reducción de posibles interrupciones en la calidad del sueño, lo cual es crucial para la salud física y mental de los adolescentes.
Ausencia de Pantallas Durante las Comidas
Además de los límites de tiempo especificados para los diferentes grupos de edad, la AAP también destaca la importancia de mantener las comidas libres de pantallas. Esta recomendación resalta el valor de las comidas como oportunidades para que los miembros de la familia conversen, se conecten entre sí y fomenten una dinámica social positiva. Al designar las comidas como momentos libres de pantallas, las familias pueden establecer un entorno propicio para interacciones significativas, fomentando la comunicación y fortaleciendo los lazos familiares.
La ausencia de pantallas durante las comidas también promueve una alimentación consciente y facilita la concentración en los alimentos consumidos, lo cual puede contribuir a hábitos alimentarios saludables y a la conciencia de las porciones. Además, al crear una zona libre de pantallas durante las comidas, las familias pueden mejorar la experiencia general de la comida, fomentando la relajación y el disfrute de las comidas compartidas sin las distracciones que plantean los dispositivos digitales.
Directrices y Límites
Estas recomendaciones y directrices de la Academia Americana de Pediatría tienen como objetivo ayudar a los padres y cuidadores a navegar el complejo panorama de los medios digitales y su impacto en el bienestar y desarrollo de niños y adolescentes. Al proporcionar recomendaciones claras y específicas según la edad, la AAP busca capacitar a las familias para tomar decisiones informadas y establecer hábitos saludables en cuanto al uso de pantallas.
Es importante que los padres y cuidadores aborden la implementación de estas directrices con flexibilidad y teniendo en cuenta las necesidades y circunstancias únicas de sus hijos y familia. Si bien los límites recomendados y las prácticas de ver juntos son puntos de referencia valiosos, crear un plan personalizado y holístico para el uso de pantallas, teniendo en cuenta el contenido y el contexto de consumo de medios, es esencial para promover el bienestar y el desarrollo saludable de niños y adolescentes en la era digital.
Precauciones con respecto a las Redes Sociales
Además, las recomendaciones enfatizan la importancia de tener precaución y fomentar el pensamiento crítico, especialmente en cuanto al uso de las redes sociales. Dado la influencia generalizada de las plataformas sociales y la comunicación digital en la vida de los adolescentes, la orientación de la AAP destaca la necesidad de que padres, cuidadores y educadores mantengan conversaciones abiertas y continuas con los jóvenes sobre sus experiencias en línea, interacciones sociales y el impacto potencial de los medios digitales en su bienestar y autoestima.
Al fomentar un entorno que promueva una participación reflexiva y discernida con las redes sociales, los padres y cuidadores pueden ayudar a los adolescentes a desarrollar las habilidades y la conciencia necesarias para navegar los espacios en línea de manera responsable y mitigar los posibles efectos negativos asociados con un uso excesivo o no regulado de las plataformas sociales. La comunicación abierta, la orientación y el establecimiento de ejemplos positivos de un compromiso digital saludable y equilibrado son estrategias valiosas para equipar a los adolescentes con las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas y cultivar comportamientos en línea positivos.
Ausencia de Pantallas en el Dormitorio
Como parte de las recomendaciones integrales, la AAP aboga por la exclusión de las pantallas digitales de las habitaciones de los niños y adolescentes. Esta directriz se basa en la comprensión de las posibles interrupciones en los patrones y calidad del sueño causadas por la presencia de dispositivos digitales en las áreas donde se duerme. Al crear dormitorios libres de pantallas, los padres y cuidadores pueden favorecer el establecimiento de un entorno propicio para el sueño, facilitando un descanso reparador e ininterrumpido para el bienestar y desarrollo de los niños y adolescentes.
La ausencia de pantallas en el dormitorio también sirve para delinear espacios para la relajación, la lectura recreativa y promover hábitos de sueño saludables, que son componentes integrales para mantener un entorno equilibrado y de apoyo para la salud física y mental de los jóvenes. Al respetar la exclusión recomendada de pantallas en los dormitorios, las familias pueden contribuir al cultivo de hábitos de sueño saludables y una rutina de sueño reparadora, que son fundamentales para el bienestar general y desarrollo de niños y adolescentes.
Conclusión
En conclusión, seguir las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría para el uso de pantallas puede ayudar a promover el desarrollo saludable y hábitos saludables en los niños. Es importante para los padres establecer límites y pautas para el tiempo frente a pantallas y priorizar actividades como el ejercicio físico y un buen sueño. La tecnología puede brindar muchos beneficios, pero es crucial también monitorizar y limitar su impacto en la vida diaria de los niños.